COLUMNA POLÍTICA 24 DE JULIO

Luego del ultra chubasco de antier, luego del recuento de los daños, el centro de ayuda organizado por la Alcaldía y el Gobierno del Estado en la central de los bomberos, ha sido de gran beneficio para las numerosas familias perjudicadas. El Alcalde chambeando hasta la madrugada. Temprano se fue a medios a informar, a coordinar acciones, a disponer, escuchar quejas y pedidos de auxilio. A media mañana recibió al Sectretario Estatal de Desarrollo y Bien Común, quien enviado por la Gobernadora vino a traer material, hules, colchones.

Escoltó a Valenciano, a los regidores, a empleados y funcionarios municipales, a, voluntarios que agregaban su esfuerzo en las labores de ayuda, que se comedían a llevar a sus casas a personas que necesitaban transporte. Una noche y un largo día de ajetreo. En la tarde continuaba el colapso causado por la lluvia en el sótano del Seguro Social. Ahí están las viejas computadoras. Tan viejas, que sale mejor dejar que se podran que repararlas. El quirófano del Hospital Regional quedó out. A subrrogar en las clínicas privadas. La lista del desastre es larga. Si con una llovisnita había más agua adentro que afuera, cómo estará el auditorio de la Leyes de Reforma luego de antier. Más, muchísimo más trabajo para Servicios Públicos Municipales, que si antes de la tormenta no se daba abasto, después menos. Super atareadísimo el Comanche Patricio Barrera. En Protección Civil, sin lugar para los débiles. El que una vez más respondió fue el Gómez Morín. Convertido en arroyo insontenible, su eficiencia y buen trazo no sufrió gran daño para el rápido desenvolve. Otro «si antes»: DELTOR, que ya traía agudizados sus deficiencies históricas, con el chubasco le crecieron los enanos. Se le paga mucho, su servicio es malo. Es cíclico: cada vez que llueve vienen los reclamos del mítico drenaje pluvial. Vendrán las respuestas cíclicas: no hay, no hay. Ni habrá. Es muuuy caro. Hasta eso: al menos hasta anoche, ningún partido, ningún polìtico con alas de zopilote había tratado de medrar con la emergencia. Nada más aletean. Ahora al optimismo. Si bien las presas no han aumentado sus niveles en forma considerable, eso empezará a suceder de hoy para mañana, cuando empiecen a llegar las corrientes sierreñas. Las dos, las tres de la región aumentarán sus caudales. El Río Conchos saldrá grande. El Colibrí, que está encallado en el zoquete, elevará anclas con el Almirante Chacho al timón. Las Vírgenes, tan tristes en días pasados, cobrarán vida y las cascadas, de aquí a septiembre, volarán las cortinas. Y ni hablar: se pudrirán en la tierra las sandías y los melones. Unas por otras.

Una replica de esta sinergia Municipio/sociedad civil, ejército, clubes y demás entes que tomaron como suya la emergencia, se replicó en Meoqui, con la alcaldesa Miriam y su gente sin pausa en tareas de auxilio. Igual en Saucillo con Fito Gardea y en Julimes con Pepe Moncayo. El rudo contraste, en Rosales y en el mismo Saucillo, ante la indolencia de Marcial Márquez y Aidé López. Ellos ni se tibiaron, ni viendo llover así se hincaron. Están lucidos y exhibidos en su mediocre cálculo político. Se juntaron.

En otra de indolentes, Javier Corral no se levantó a presentarse a la audiencia judicial que le obsequiaron por tranza. Alegó, hágame el favor, que estaba muy ocupado en delicadas tareas de combatir la corrupción. Él, al que estaban citando por corrupto. Que se lo acabe de llevar el agua.