A estas tempranas horas del partido, cuando está muy lejos de cerrar la herida del día 2, ya se elocubra acerca del futuro mediato, pues la grilla es perenne, no guarda reposo, no conoce de pausas. Así, en medios políticos locales se empieza a hablar de que, si prevalece la alianza PAN PRI, ya sin el finado PRD, Roberto Carreón Huitrón y Gaby Franco serían los candidatos naturales a la Alcaldía y a la diputación. Para entonces también se jugará la gubernatura, con los prospectos tantas veces mencionados, sobre todo Tony Meléndez y Marco Bonilla. Manque Granados y Alejandro Domínguez vienen en la fila de atrás. El tiempo vuela.
Así, con lógica política, obraba el PRI de los viejos tiempos y nunca perdía, hasta que ese flujo natural fue roto y llegaron los años de las vacas flacas, con el encumbramiento del PAN en el poder municipal. Donde se rompió el eslabón de la cadena fue en el trienio de Heberto Villalobos, pues durante ese administración nadie creció políticamente y vino el desastre que a la fecha prevalece. Ahí está la historia.
El mundo narco es el más interesado en que se apruebe el negro plan C, ante todo en lo que corresponde a la elección de los ministros de la Suprema Corte. No hay que ser muy perceptivo para saber que de mil amores pagarían las campañas de los candidatos que les convinieran para contar con su protección al caer al bote. La C significa plan cabrón.
Incorporación del viejo edificio de la primera Presidencia a la hacienda pública municipal, atención al peligro público que representa el Hotel del Norte y preservación de algunos vestigios arquitectónicos de valor comunitario, son algunos de los temas tratados ayer en el sesión mensual de la Comisión de Estudios Históricos de Delicias AC, presidida por el abogado y paleontólogo Rodolfo Fierro Chavarría, zar de la Loma de Pérez. Clap clap.
Viejo correoso. El triunfo de Morena le inyectó adrenalina al profe Casillas, que andaba medio decaido. Decaido. Sin tilde. Del día 3 a la fecha parece quinceañero. Hasta bajó a bolearse en la Plaza Carranza.
En otra del morenista más morenista que Noroña, o sea del quinceañero boleado, va la pertinente anécdota. Su primer trabajo como mentor fue en el Ejido Nuevo Horizonte, municipalidad de Janos, aledaño a Puerto Palomas. Su llegada coincidió con el inminente arribo de un sacerdote que la grey católica pecadora esperaba con ansia. Cuando se bajó del polvoriento camión lo confundieron con el cura y en bola se acercaron a besarle la mano. Al rato supieron que el ósculo se lo habían dado al chamuco.