En el fastuoso escenario del Festival de la Fundación, este miércoles 9, a las 7 de la noche, se presentará Las Palomas de Amparán, el libro número 33 del prolífico Carlos Gallegos Pérez, literato, historiador y Cronista Municipal, un hombre que parece escribir más rápido de lo que el resto respira. El evento, en la Casa de Cultura Jesús Gardea, Calle 10a Norte 310, Fraccionamiento Imperial, promete ser un banquete para los sentidos, entrada gratis, porque la cultura debe ser libre, aunque el vino no lo sea, sorteo de 10 ejemplares para los afortunados con buena estrella, y un fino vino de honor para los que saben que las letras saben mejor con alcohol. Habrá un video del misterioso Pintor de las Estrellas, Salvador Villeda cantando Balada para Amparán y otras joyas, América con sus hits más recientes, y el debut de Andrea Gallegos, joven promesa que llega con talento, gracia y el peso de un apellido que resuena. Si no vas, te lo pierdes.
Hablemos de la tragicomedia política en la que anda metido el PAN, buscando cómo pegarle a Andrea Chávez, aunque no termina de encontrar el rumbo. No es que estén perdidos como turista sin GPS, pero su acusación de que usó una ambulancia del Estado de México no pasa de ser un rasguño cuando podrían dar un golpe de nocaut. Se nota que quieren entrarle al ring, y eso hay que reconocérselo, pero les falta afinar la puntería para que el golpe conecte de verdad.
Si el PAN quisiera hacerle daño serio a Chávez, podría ir más allá de las anécdotas y tocarle las fibras sensibles. Por ejemplo, ¿por qué no le preguntan qué ha hecho como senadora para arreglar el desastre del servicio médico nacional? Hablamos de un sistema que parece sacado de una película de terror de bajo presupuesto: hospitales sin medicinas, esperas eternas y promesas que se quedan en el aire. Ahí hay un flanco que cualquier oposición astuta aprovecharía, porque pega directo en el abandono que la gente vive día a día, y pondría a Chávez a defenderse de su propia inacción.
O podrían ir por otro ángulo, más oscuro y jugoso: ¿qué pasa con esa cercanía que tiene con los cuervos de Adán Augusto en Chihuahua? Todos sabemos cómo trabajan esos aliados: llegan como aves migratorias a donde hay poder, apoyan candidatos y, cuando ganan, se sirven con la cuchara grande del presupuesto. Así pasó en Tabasco, su tierra natal, y han dejado plumas en Sinaloa, Colima y dondequiera que se posan. El PAN podría pintar a Chávez como la que abre la puerta a esas visitas incómodas, sembrando dudas sobre qué tan caro le saldría eso a Chihuahua. No decimos que sea un jaque mate, pero al menos sería un golpe que obligue a la senadora a salir del script.
El PAN tiene voluntad, eso está claro, pero sigue peleando con espadas de madera cuando podría sacar la artillería. Si afinaran la estrategia, podrían pasar de hacer ruido a marcar la agenda. Por ahora, se quedan en el intento, y en política, los intentos a medias nomás quedan en eso.
Y hablando de choques, ¡vaya golpe! La ciudad aún tiembla por la tragedia del accidente en el Centro Histórico, una pareja rumbo al trabajo, víctimas de un coctel mortal de alcohol, exceso de velocidad e imprudencia. El clásico “no me va a pasar” que termina en titulares. Una lástima que el volante sea para algunos un arma cargada y no un medio de transporte.
En la CNC, otro encontronazo de antología. Apenas terminó la asamblea y ya le dieron cuello a Carlos Manjarrez, su ahora exlíder, por invitar al Alcalde de Juárez a un evento priísta. Al menos esa versión corre en los chats de WhatsApp los grillos. La presencia en primera fila no fue una sorpresa, desde hace rato, la membresía serrana de la CNC está a favor de Cruz Pérez Cuéllar. Y para rematar, el operador estrella del edil es Jaime Enríquez, su suegro, un cenecista de pura cepa. Dos más dos son cuatro, y aquí no hay que ser Einstein para sumar. Con esto, Cruz manda un guiño para una posible alianza en el 27. Es hábil y no dejar ir una.
Para cerrar con broche de oro, la gran carrera de la Fundación fue un éxito rotundo. A dos grados, temperatura que congela hasta el alma, más de mil valientes, grandes, chicos y medianos, desafiaron el frío con el Alcalde trotando como uno más del pelotón. Medalla de oro para Titis Aguirre y Danny Rodarte, que dejaron claro que organizar carreras es su superpoder. Un evento tumultuoso, sudoroso y con sabor a triunfo.