Columna política martes 5 de agosto de 2025

Ignorar la historia, aprovechar el conflicto

En los últimos días ha vuelto a encenderse el debate sobre los parquímetros en el centro de Delicias. Redes sociales, grupos de WhatsApp y algunos medios locales han amplificado la molestia de un sector del comercio establecido. Las quejas son reales, dicen que los estacionómetros afectan sus ventas, que alejan a los clientes, que representan una carga más en tiempos complicados. Es un reclamo legítimo, y como tal, debe ser escuchado.

Sin embargo, también es momento de poner en la mesa la otra cara del asunto.

Estacionómetros de Delicias es el primer organismo de su tipo en todo el estado cuyo recaudo se destina directamente a obra municipal, material, filantrópica, académica, social, asistencial, cultural, ecológica… Un modelo único. Ciertamente, antes que el deliciense existieron los de Juárez y Chihuahua, pero todo el recurso se iba al Estado, cero al municipio.

Su establecimiento no fue casual ni improvisado. Surgió en los años 90, bajo la administración de Rogelio Bejarano, a partir de un estudio serio que detectó la necesidad urgente de ordenar el estacionamiento en la zona centro. Se lanzó un concurso nacional y así nació un organismo que hoy es pieza clave en la infraestructura urbana de Delicias.

Ignorar esta historia sería cometer un error.

Y más aún, utilizar el descontento legítimo como catapulta política.

Porque sí, hay actores, unos están de frente, otros escondidos detrás de perfiles falsos, otros dejando sus huellas palpables. No buscan soluciones, buscan reflectores. No les importa el comercio local, les importa el escenario que les brinda el conflicto.

Lo curioso, y paradójico, es que muchas de las peticiones que expresan los inconformes coinciden con lo que ya plantea el gobierno municipal, impulsar el centro, mejorar la movilidad, construir alianzas con los comerciantes. Pero eso no vende en campaña. Lo que vende es la confrontación.

Como sociedad, debemos aprender a distinguir entre el reclamo ciudadano y la estrategia partidista. El primero construye, el segundo sólo enrarece el ambiente y convierte al ciudadano en peón de una batalla ajena.

Los comerciantes tienen derecho a inconformarse, a pedir ajustes, a exigir diálogo. Lo que no es justo es que otros, con motivaciones muy distintas, se cuelguen de esa inconformidad para avanzar en su agenda personal.

Estacionómetros puede y debe evolucionar, pero también merece respeto. Porque su aportación a Delicias, en infraestructura, cultura, educación, asistencia social, no es un invento. Está escrita en las calles, en los parques, en los programas que ha financiado. Está escrita en la historia.

Y esa, aunque a algunos les incomode, no se puede borrar con un post de Facebook.

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