Habrá lleno. El Centro de Convenciones de la capital del Estado será la sede de una más de las visitas de Cruz Pérez Cuéllar. Su aparato político provee una gran afluencia. En términos estrictamente proselitistas, es el pago que hace a Marco Bonilla por la incursión de éste hace unas semanas a su reducto fronterizo. Hay la llevan. Una y una. En tanto, Jesús Valenciano se placea por otros rumbos, sobre todo por el sur y el noroeste. Las vencidas.
Pues aquí todo sigue igual. Por el PAN, sólo Esteban Grajeola sale a que le de el aire. Nadie más. Roberto Carreón continúa en el imaginario político. En parálisis. Mabeto Mata tiene su tambora de la regiduría. Puso su ficha y de ahí no se mueve. Del gabinete municipal, cero. De las mujeres, igual. Ninguna. El alcalde suplente, alejado de la acción política. El PRD, en el Panteón del recuerdo. En el PRI, felices con sus dos regidurías y su local solitario. El único que merodea por ahí es Carlos Jaramillo, regidor suplente, quien guarda la lejana esperanza de que le cumplan el diluido compromiso que él y Armando Chavira se turnarían la regiduría. El compromiso light se firmó ante Oscar Villalobos y Memo Márquez. Palabras al viento. Fue de esas promesas que en eso se quedan. Los partidos emergentes, incluido MC, levantaron sus votitos y se replegaron a esperar la próxima elección. Figuras son las que escasean. En todos los partidos. Valenciano ya no podrá participar y por lo tanto su amplia sombra protectora ya no los podrá arropar. A rifársela sólitos.
El rumor grillo en la capital del Esrado dice que Alejandro Domínguez, dirigentes estatal del PRI e hijo putativo de Alito ,ya recibió línea para deshacer la alianza con el PAN y establecerla con Morena. De así ser, ya se había tardado. Ya se esperaba.