El médico internista y la princesa Basaseachi

En Delicias, el relevo generacional de los médicos es un río incesante que fluye con fuerza desde aquellos primeros doctores y enfermeras, pioneros que ejercían con recursos modestos pero con enorme entrega, hasta nuestros días, tiempos marcados por avances tecnológicos, especialidades médicas y modernas clínicas, entre ellas, Fortaleza.

La ciencia, la academia y la medicina misma, han evolucionado con paso firme y decidido. En ese constante avanzar destacan figuras como Issac Guadalupe Yáñez Quiñones, originario de Orranteño, tranquila comunidad del municipio de Saucillo. Hijo del profesor Guadalupe Yáñez Guevara y de la señora María Esther Quiñones Gómez, Issac se formó en la Universidad Autónoma de Chihuahua, nuestra máxima casa de estudios en el Estado.

Su infancia transcurrió entre los pinares cercanos a Huajumar, municipio de Ocampo, en las proximidades de la imponente cascada de Basaseachi, considerada la más hermosa de México, a donde su familia se trasladó siguiendo la vocación magisterial de su padre. Allí estudió en la Escuela Primaria Héroes de Chapultepec.

A su regreso a Orranteño, continuó sus estudios en la Secundaria Reyes Chávez Lobato, en la cabecera municipal de Saucillo, para posteriormente acudir a la Preparatoria Activo 20-30 Albert Einstein en Delicias. Motivado por su firme vocación hacia la medicina, dejó atrás la comodidad de su hogar y emprendió el camino hacia la capital del Estado, para ingresar en la Facultad de Medicina de la UACH, egresando como Médico Cirujano Partero.

Tras ejercer durante tres años como médico general en la Clínica Hospital Fortaleza, regresó a la ciudad d Chihuahua y, en el Hospital General Salvador Zubirán Anchondo, así como en otras instituciones reconocidas de esa localidad y de la Ciudad de México, se especializó en Medicina Interna. Impulsado por el llamado de su tierra, retornó a Delicias, donde Fortaleza, su segunda casa, volvió a abrirle las puertas, gesto que Issac valora profundamente.

Ahora ejerce allí como médico internista, atendiendo a sus pacientes en un amplio consultorio, en un ambiente cálido y tranquilo, que propicia una comunicación abierta y de confianza, esencial para lograr un diagnóstico preciso y favorecer la recuperación integral de la salud.

En su práctica clínica recomienda hábitos saludables y pone especial atención a pacientes mayores con patologías sistémicas como hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia cardiaca y enfermedades infecciosas, manteniendo una constante coordinación con otras áreas del hospital para atender emergencias.

Sigue maravillándose con la capacidad innata del cuerpo humano para recuperar la salud, motivo que en su juventud lo impulsó a elegir esta noble profesión, de entrega y vocación constante.

Con entusiasmo juvenil, profundo conocimiento y pasión por la historia de Chihuahua, y con la alegría permanente que le brindan su esposa, la saucillense Zulibeth Fernández Rangel, y su pequeño hijo, Issac Guadalupe Yáñez Fernández, quien apenas cuenta dos meses de vida feliz, ejerce con orgullo y satisfacción la profesión que desde niño soñó, mientras escuchaba el rumor lejano del agua de plata descendiendo majestuosa por la mítica cascada de la princesa Basaseachi.

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