Versión: Joven desaparecida se fue con el novio por voluntad propia

No obstante que se ha boletinado e incluso se ha ofrecido una recompensa a quien de informes para localizar a la joven Fernanda Anahís Molina, quien presuntamente viajó de Ciudad Juárez a Saucillo para inscribirse en la Normal Rural Ricardo Flores Magón, en diversos medios circula la versión de que la joven se fue con el novio, también con ficha de desaparecido emitida por la Fiscalía General del Estado.
Esta versión circula, por ejemplo en la columna GPS de El Diario de Chihuahua, la cual reproducimos por ser ya del dominio público.
Nadie debe poner en duda ni obstaculizar la garantía de acceso a los derechos humanos de las personas desaparecidas. Por el contrario, todas y cada una de ellas deberían de ser encontradas, principalmente con vida, tanto por el daño individual que representan como por el dolor y el resentimiento social que causan.
Sin embargo, algunas de estas personas que desaparecen, en su mayoría jóvenes y adolescentes, desean ausentarse por su propia voluntad debido a varias razones, sea por su entorno familiar o simplemente por cuestiones personales.
Un claro ejemplo de esto, es el caso de Fernanda Anahís Molina Vásquez y de su pareja sentimental Ulises Isac Pecina González. Tras «desaparecer» desde el pasado nueve de julio, las autoridades han invertido tanto recursos económicos como de personal oficial para localizarlos.
Aunque eso no ha ocurrido aún, ya trascendió en algunos sectores que ambos decidieron irse de sus hogares por elección propia, por temas de su vida personal y familiar en los que es mejor no abundar ni especular, pues la prioridad es saber que están bien, antes que cualquier otra cosa.
Para evitar la revictimización, pues, no es posible dar detalles sobre el caso; pero el asunto aquí es que, por cada uno de ellos, la Comisión Local de Búsqueda, lanzó una recompensa de 200 mil pesos la semana pasada, de la cual ya no se tuvo conocimiento los días posteriores.
El problema no es el recurso destinado a las desapariciones, siempre será insuficiente. El problema es que se elijan casos como estos en donde sí, no han sido localizados, pero la investigación profesional arroja otra cosa diferente a la desaparición forzada, es decir, por una decisión personalísima y respetable, pues son dos personas mayores de edad que han tomado una decisión.
Tal vez, la Comisión Local de Búsqueda y las autoridades que se encargan de esto, deberían de analizar bien los criterios y otorgar recompensas y recursos a personas que por años han buscado a sus familiares, viviendo en la zozobra y en la invisibilización de un gobierno y de una sociedad selectiva.