Columna política martes 9 de diciembre de 2025

A principios de octubre y luego en noviembre, los viajes de César Duarte a la Ciudad de México alimentaron la idea de que ya estaba en calma con la justicia federal. Acudía a diligencias autorizadas y todo apuntaba a que buscaba acomodar su situación en la FGR. Esa percepción se vino abajo ayer, cerca de las tres de la tarde, cuando militares y elementos de la Guardia Nacional lo detuvieron al salir de su casa y lo enviaron directamente al Altiplano. La Fiscalía General de la República informó que enfrenta una nueva acusación por operaciones con recursos de procedencia ilícita, que es la vía legal para un caso de presunto lavado de dinero. Este expediente es distinto al proceso estatal por peculado que sigue pendiente en Chihuahua.
La orden federal no surgió de la nada. Fue emitida el dieciséis de mayo de dos mil veinticuatro y México necesitaba autorización de Estados Unidos para aplicarla, porque Duarte fue extraditado por delitos específicos. Esa autorización llegó apenas el cinco de diciembre. La secuencia completa deja claro que el caso se preparó durante años, desde la denuncia enviada por Chihuahua en dos mil veintiuno, la judicialización en mayo de este año, la aprobación estadounidense en octubre y la orden emitida el cuatro de diciembre.
Aunque no es oficial, diversas voces señalan que el expediente podría derivar de las investigaciones sobre la Unión Ganadera Regional División del Norte y la Financiera División del Norte, donde la UIF y la Auditoría Superior del Estado aportaron información relevante para configurar el delito.
La detención también tiene lectura política. Duarte llevaba meses reapareciendo con bailes, TikToks, entrevistas y presencia constante en lugares públicos, pero detrás de esa exhibición también seguía operando políticamente. Lo extraño es que todo indica que esa operación molestó a alguien. Hay quienes interpretan la detención como un favor a Javier Corral tras su voto reciente sobre la Ley de Aguas Nacionales, mientras otros creen que Duarte estaba incomodando a personajes con poder y que eso aceleró la orden en su contra. El mensaje federal es claro, no habrá suavidad para exgobernadores y se reactivarán expedientes que parecían congelados.
Con esto, Corral recupera aire en su narrativa anticorrupción y vuelve a escena con los Expedientes X. Ahora falta ver si la nueva fiscal Ernestina Godoy se limita a Duarte o si va tras personajes de mayor peso. El caso apenas se abre y ya sacudió a Chihuahua, donde varios actores están midiendo el alcance real de este movimiento que, por el fondo y por el momento, difícilmente fue casual.
Puntuales. A las primeras horas de que los paisanos empiezan a llegar de vacaciones, empieza también el infierno en la tierra que viven cada diciembre: los asaltos en las carreteras. Deje usted que los asalten los malos. Eso es algo, por desgracia, ya institucionalizado. Empiezan los asaltos a cargo de las diferentes corporaciones policiacas que deberían cuidarlos.
Esa es una canción más cantada que el Ave Cautiva. Una encuesta levantada ayer en Ojinaga ratifica que el diputado federal Tony Meléndez es el precandidato mejor posicionado para el gobierno del Estado. Lo sigue, a distancia cada vez más corta, Jesús Valenciano. Eso por parte de la oposición a nivel estado. En tanto, por el bando morenista, Cruz Pérez Cuéllar continúa tranquis en la cima. Así llegarán a los buñuelos.
En algo mucho más agradable, ayer fue presentado a medios en el Palacio de Gobierno el programa de la Carrera de San Silvestre en su edición número cincuenta. Lo encabezó el presidente municipal Jesús Valenciano, acompañado por Titis Aguirre, titular del deporte deliciense, por Tepo Romero, directora del Instituto Estatal del Deporte, y por Polo López Baca, quien suma cuarenta participaciones consecutivas, con tres triunfos y varios récords. Se espera una asistencia mayúscula, tanto de corredores en todas las categorías como de aficionados al atletismo que llegarán de diferentes estados y hasta del extranjero. Nuestra gran identidad deportiva.
Pero mientras el ambiente deportivo se ponía de buenas, el fin de semana en Bachimba apareció un retén donde estaban cobrando doscientos dólares por vehículo, con especial atención a los que traen placas gabachas o pafas. Varios días ha estado la operación de la FGR. Vaya bienvenida al país donde se supone que la corrupción se acabó hace siete años ondeando un pañuelo blanco, menos mal.
La cosa tronó cuando, ya en Palacio Estatal, Jesús Valenciano denunció ante la prensa capitalina y la noticia se regó como pólvora. En menos de media hora se volvió viral y empezaron a llover testimonios de víctimas de extorsión, familiares de afectados y automovilistas que han pasado por el mismo punto. Todos confirmaron lo que los agentes de la Fiscalía General de la República despojan a los paisanos aprovechando la temporada de viajes. Eso no sorprende, lo que sí llamó la atención fue que instalaran el retén en la carretera Chihuahua Delicias, una zona donde casi nunca aparecen porque suelen operar más cerca de la frontera.
Veremos y diremos cuál será la postura del gobierno federal, porque hasta ahora no han dicho pío ni han ofrecido una sola explicación oficial.
Siempre Trump. Si no me dan agua, subiré los aranceles en 5 por ciento, aseguró menos de una semana después de que recibió tan zalamero a la presidenta Claudia con A. Otro capítulo de la eterna serie La guerra por el agua. A nosotros sí nos llueve y nos llovizna.

