Columna política martes 4 de noviembre de 2025

El infierno michoacano

Aledaña a Tierra Caliente, Uruapan vive días de ira, luto, miedo y valentía. Coraje, ante el sacrificio de su alcalde, Carlos Manzo, una de las figuras más destacadas de la oposición para la gubernatura de Michoacán y, en automático, un potencial candidato a la Presidencia de la República. Su asesinato ha sido comparado con el de Luis Donaldo Colosio. Luto, por la cercanía que el finado tenía con sus gobernados y con otras regiones del país. Miedo, porque vivir allí es arriesgar la existencia cada día. Valentía, por la vecindad con una comarca que, contra todo pronóstico, fue decisiva en la consumación de la Independencia.

El crimen de Manzo marca el momento más álgido del mandato de Claudia Sheinbaum, una presidenta que parece paralizada, casi consumida por la herencia maldita que le dejó su mentor, quien se mantiene cobardemente al margen del desastre que ocasionó. ¡Qué cauda de desastres ha enfrentado México! Y con el alacrán de Trump acechando desde la frontera.

La gran concentración ciudadana programada para el 15 de noviembre en el Zócalo se ha fortalecido tras el horrendo asesinato de Carlos Manzo. Desgraciadamente, ahora se reprograma para realizarse en las capitales de los estados de la República. Se repite el ciclo del sexenio pasado: un ciclo de esperanza, de aliento frente al mal gobierno, pero también de frustración por el desenlace. Otros seis años de lo mismo.

Más leña al fuego: la ficha de búsqueda de Alejandro Correa, exalcalde de Zinapécuaro, Michoacán, amigo y defensor de Carlos Manzo, emitida por las autoridades federales ante su desaparición, abre otro frente de guerra para la presidenta. Una cadena interminable de desgracias para todos.

Y, como si fuera poco, surge un rumor que sería el colmo: la posible inminencia de la entrada de tropas estadounidenses a territorio nacional en una misión para exterminar a los cárteles. En 1847, la invasión culminó en Rosales; en 1916, la Expedición Punitiva persiguió a Villa. Y ahora, esto. Como dijo don Porfirio: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”.

El colofón de esta jornada de espanto: la ruptura de relaciones con Perú, nuestro querido y sufrido hermano del sur. Ya, por favor.

Pues que siempre no. La Primera Sala Penal se arrepintió y le revocó la semilibertad al hermano de la magistrada Nancy Escárcega Valenzuela, esposa del diputado Francisco Sánchez, de MC. Ya ve usted, las coincidencias familiares tan curiosas que da la vida judicial.

En su momento fue un error garrafal aquello de dejarlo salir los fines de semana como si fuera permiso de secundaria, pero bueno, ahora el Tribunal se está ratificando el error y tratando de enmendar la plana. Al menos, el circuito de revisión que tiene el Poder Judicial parece que sí sirve para algo más que calentar sillas.

Maru Campos dejó claro en un evento público que la seguridad no se resuelve echando culpas, sino fortaleciendo a los cuerpos policiales. Así, directo y sin adornos.

Y vaya que lo ha demostrado: desde que tomó el timón, no se ha quejado del desastre que dejó Javier Corral, sino que se puso a trabajar desde cero, arreglando las finanzas, reconstruyendo instituciones y enfrentando los problemas de frente.

Mientras tanto, allá en Palacio Nacional todavía le echan la culpa a Calderón de todo lo que pasa, aunque ya pasaron casi 13 años de que dejó el poder. Diferencias de estilo: unos se ponen a trabajar, otros siguen buscando culpables.

Lo dijimos ayer: el asesinato de Carlos Manso se está convirtiendo en la Ayotzinapa de este sexenio. Y para muestra, un botón. Anoche, un grupo de jóvenes se concentró en la Plaza Benito Juárez de Delicias para manifestarse en contra del crimen y de la corrupción.

La indignación que comenzó en Michoacán ya llegó a Delicias, y quién sabe, quizá sea el inicio de más manifestaciones. La juventud está despertando, y esta vez no solo en redes, sino también en las calles.

 

 

 

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