COLUMNA 20 DE MAYO

Crónica de la marea rosa en la Benito Juárez
Son las 11 horas del caluroso domingo y el sol cae sobre Delicias.
En las cercanías de la Plaza Benito Juárez, en los contornos y el corazón del histórico barrio de la 80, donde casi se unen los sectores sur y Oriente, se escuchan acordes de una fiesta mañanera.
Al desembocar en la esquina de la que fue casa de don Pantaleón Meléndez, el Alcalde que tramitó el crédito para la construcción del Mercado Municipal, hoy Mercado Juárez, se ve la antigua Plaza de Lilas rodeada de tractores, camionetas, autos, de peatones que llegan presurosos al mitin político/ ciudadano que ahí se efetuará.
Es la gran concentración que, teniendo al zócalo como epicentro, se replicará en todo el país en apoyo a los candidatos de Fuerza y Corazón por México, con Xóchitl Gálvez al frente,acto matizado con el argumento válido de que defienden la democracia.
En la tarima de la plaza, enfrente de la tarima de cemento en que está el busto perenne del Benemérito, está la fila de quienes presiden la concentracíon, casi todos con sombreros vaqueros en defensa del sol que aprieta sus ardores. Casi todos, mujeres y varones, visten prendas en las que predomina el color de rosa, en referencia al nombre del acontecimiento nacional.
Están el alcalde Valenciano, el licenciado Fernando Baeza, Pérez Pavía, Pepe Sotelo, candidato a la sindicatura de Rosales, una verdadera fiera para salir en las fotos.
Está otro Pepe, Andujo, también de Rosales, territorio que quiere gobernar siglado por la coalición PRI, PAN y PRD.
El barbado colega Oscar Rodríguez es el maestro de cremonia, el panista Gallo Gallegos, al que se le olvidó el rosa, está atento a los detalles finos, junto a Carlos Jaramillo, ambos organizadores del acto.
Chava Alcántar y su infalible sombrerón, Roberto y Gallegos con su panameño tapizado de propaganda, Gaby Franco, el ingeniero Parga, quien se luciría con un corto y conceptuoso rollo en relación al agua regional. El doctor Castillo, de Meoqui, otro que hablaría derecha la flecha.
El compa que funge como Presidente de Julimes, Miriam Soto, de todos conocida, llega un poco tarde, detalle que allana con una de sus igualmente conocidas sonrisas.
Había otros y otras, pero desde el raz de la prancha, ya muy caliente, los cegadores rayos solares y la sombra de sus tandos impedía verles bien la faz.
Como Miriam, el escribano había llegado tarde, pues lo mandaron por el menudo, y no supo si hubo otros oradores antes de que el Embajador Baeza se Hiciera del micro.
Cuando lo hizo hirvió más la de por sí enfebrecida audiencia, calculada en tantos más cuantos,tirando a muchos, más de mil.
Calado con un sombrero tipo sureño ya algo maltratado, el ex gobernador se discutió una de sus épicas piezas oratorias, de las que emocionan y provocan palmas y a veces hasta hacen llorar, como a Héctor Colunga, quien optó por ponerse unos lentes negros.
Luego vino el momento cúlmen, el enlace con el zócalo, con la voz de Xóchitl Gálvez.
Qué clase de mensaje, qué imponente nuestra Plaza Mayor vestida de rosa por una marea de más de un millón de personas ataviadas de rosa mexicano.
Su mejor discurso: abarcó a todos los sectores sociales, puso el énfasis en cada uno de los tantos males que aquejan a México, diseñó un breve programa de gobierno humanista y de unidad, reprobó el odio y la discordia, retó en su cara al gobierno del odio, la incompetencia y la desunión, de la violencia tolerada y solapada desde el poder.